DIY: Bola del mundo

24.3.17

Pasadas unas semanas un poco alborotadas y hasta arriba de trabajo (y de virus), aquí estoy un día más con un post sobre un proyecto muy resultón y que está muy de moda últimamente: alterar una bola del mundo tradicional y llevarla un poco más a nuestro estilo decorativo. 

Mi madre ha tenido siempre en casa una bola del mundo que conserva con mucho cariño desde que era pequeña y siempre he querido tener una en casa aunque hay que reconocer que las que son bonitas y de calidad, son bastante caras. 


Así que cuando surgió la idea en el taller de Ojosdepapel al que voy cada martes, después de que todo el mundo enloqueciera con las que la marca American Crafts empezó a comercializar tras el CHA, la feria de scrapbooking más importante del mundo, y tras muchas vueltas por Pinterest en busca de inspiración, nos lanzamos a modificar una bola de plástico más bien cutrecilla y el resultado, aunque muy laborioso, es bastante bonito y resultón. 

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Imagen vía American Crafts Studio. 

Podéis hacerla de muchos tipos, es más, podéis incluso olvidaros por completo de los continentes y los océanos y modificar totalmente su estructura. Quedan muy bonitas con flores y letras (hasta podéis adquirir pegatinas específicas para esta función si no sois muy mañosas con la caligrafía) e incluso con constelaciones. ¡Hay verdaderas preciosidades!

-Materiales: cositas de andar por casa. 

Si os decantáis por la misma opción que yo, estos son los materiales que necesitáis: 


-Una bola del mundo de plástico. Yo os voy a recomendar algo después de mi experiencia: es preferible que la compréis totalmente de plástico, no la que viene forrada con el dibujo de los continentes en una especie de papel plastificado. Al pintarla se nota más la superficie y tiende a abombarse. Podéis haceros con alguna en cualquier bazar, las tienen de distintos tamaños. 
-Pintura acrílica o chalk paint. El color que elijáis dependerá del acabado que queráis.

-Pintura en spray. 

-Rotuladores. 

-Dos pinceles. Uno plano y ancho para ir cubriendo superficies grandes y otro más pequeño para los detalles y los bordes de los continentes e islas. 

-Proceso: mucha paciencia y un buen mapamundi a mano. 

El proceso es muy sencillo aunque algo laborioso, simplemente necesitas una buena dosis de paciencia y un buen mapamundi que te sirva de guía para ir ubicando los continentes y las islas principales porque si, olvídate de hacerlo con todo el detalle del mundo. No perseguimos hacer un globo terráqueo realista, o al menos, no es ese mi objetivo. 

En primer lugar, si has encontrado una bola que sea totalmente de plástico, conviene que decidas el color de los océanos y vayas cubriendo la superficie de estos poco a poco. Te recomiendo que empieces por ese paso porque es la superficie más grande. Como tendrás de guía el dibujo de la bola inicial, será sencillo que no traspases demasiado la tierra. Poquito a poco. 

Si tu bola está forrada de papel, el proceso será algo más complicado si decides retirarla por completo, ya que la bola se quedará totalmente negra, sin ninguna referencia. Si optas por mantener el papel de base, como hice yo, evita depositar demasiada cantidad de pintura o empezará a combarse con la humedad. 

En mi caso utilicé una mezcla de pinturas acrílicas para el océano, oscureciendo un poco la pintura azul que tenía. Me gustaba el acabado más intenso, eso sí, esto es totalmente a gusto del consumidor.

Después empieza la parte más laboriosa: definir los continentes e islas.  Ahora tendrás que valerte también del pincel más fino según te vayas acercando más a la costa porque hay que ir definiendo y puliendo más los bordes. Esta es la parte más complicada y eso que, como veis, yo no me esmeré demasiado en definir de una manera muy realista cada detalle ya que buscaba un acabado más redondeado. 
Utilicé una chalk paint en un tono mint, el color que más se ajusta a la decoración de mi casa y la que mejor se ajustaba después con el dorado que quería aplicar para escribir los nombres de los continentes. 


Como los bordes no estaban demasiado nítidos ni definidos porque aplicar el chalk paint con un pincel tan fino sin demasiadas capas es complejo, opté por pulirlos con un rotulador tipo Edding del mismo color que el agua. Mejora bastante el acabado y aunque se aprecia si lo miramos con mucho detenimiento y de cerca, como en la imagen, en aspecto general no se aprecia. 

Los últimos pasos del proceso son los que le dan el toque final al proyecto y los que más me gustaron: añadir los nombres de los continentes en rotulador dorado siguiendo un poco el estilo de caligrafía del Lettering y le aplicamos una capa de pintura en spray dorada a la base de la bola, acorde con el estilo del resto de los elementos. 


Pues ya está, eso es todo, a mi me gusta mucho el resultado y queda fenomenal en la estantería del salón aunque ya os digo, si tuviera que volver a hacerlo, no lo haría con una bola forrada de papel porque yo noto bastante esos pequeños defectillos que os comentaba, aunque nada grave.



¿Qué? ¿Os animáis a modificar una bola aburrida y a dejar volar vuestra imaginación? Hay muchísima inspiración por ahí esperándoos. ¿Qué os ha parecido? 





Diario de la novia I: subidón inicial superado y cómo ser fiel a tu estilo.

3.3.17


Siempre he dicho que este blog surge con la necesidad de volcar lo que se pasa por mi cabeza: mis intereses, mis inquietudes, mis impresiones sobre los productos que utilizo, las manualidades que hago o me gustaría hacer o lo que investigo en Pinterest para decorar mi casa. Vamos, que siempre os he dicho que es un medio para obligarme a mí misma a dedicar tiempo a aquello que me gusta, plasmándolo en pequeños proyectos. 

Si tenemos en cuenta que mi blog perteneciera a una categoría sería la de lifestyle, ¿cómo no compartir con vosotros una noticia que está cambiando mis intereses y mis búsquedas en Internet en los últimos meses? 

Si, si has leído bien en el título de la entrada ya soy oficialmente una novia. Porque supongo que eres una novia desde el minuto uno en que decides que te casas. En mi caso, todo sucedió en el portal de mi casa después de una búsqueda del tesoro un tanto particular porque todo en nuestra relación lo es.
El caso es que desde ese día de diciembre, todo cambió. Los DIY de decoración fueron sustituidos por búsquedas de bodas low cost, las entradas de los blogs de belleza por blogs de bodas y en mi bullet journal apareció una sección llamada: BODA. 


Y empezó la hecatombe. 

Superada la emoción inicial, comienza la parte divertida: la organización de la boda. Porque esa es la parte divertida, señores, que no se nos olvide. Vas a pasarte los próximos ocho meses decidiendo cosas que van a durar apenas unas horas así que más vale que te diviertas en el proceso. 
Creo que estoy siendo bastante coherente (y estoy bastante sorprendida de mí misma, he de decir) y estamos planificando todo respetando al máximo nuestra manera de ser y lo que realmente queríamos la mañana siguiente al día A (llamemos así a partir de ahora al momento en el que de repente tienes un anillo en tu mano que hacía un minuto no tenías, ¿vale?). J. y yo hicimos un ejercicio esa mañana: cerramos los ojos e imaginamos en primer lugar a quién nos gustaría ver en ese lugar y qué nos gustaría ver a nuestro alrededor. 

¿Y a qué viene todo esto aparte de para compartir el notición? Pues a que ahora que mi cabeza está en plena vorágine de ideas, he pensado que sería positivo crear una nueva sección en el blog en la que volcar algunos de los preparativos (todo lo que pueda sin revelar las sorpresas a aquellas personas que estarán allí ese día), algunos DIY chulísimos en los que ya estoy trabajando y en compartir con vosotros los desquicies de novia que tengo, que son muchos y bastante divertidos, por cierto. 

La próxima entrada va a estar orientada a la organización y cómo no, a las agendas de novia. ¿Cómo no iba a tener yo una con lo loca por los planners que soy? Y a falta de una, tengo dos. No os digo más. 

En fin, que me apetecía compartir con vosotros todo esto que está pasando en mi vida hoy en día ya que me ilusiona de una manera que no pensaba que podría ocurrir. Se avecinan cosas bonitas, hasta ahí puedo leer. 

Si me lees y estás casada o estás organizando la tuya, o eres una loca de las bodas (que hay muchas) o simplemente tienes algo que compartir conmigo, estaré encantada de leerte. Nos leemos pronto. 




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