Kakebo, un pequeño truco para ahorrar

Kakebo, un pequeño truco para ahorrar

• 21.9.15

No sé vosotros pero yo soy una derrochona. Me cuesta muchísimo ahorrar porque me encapricho de todo y como soy un poco ansias, lo quiero para ya. Hace un par de años descubrí un sistema que ha ayudado mucho para controlar mis gastos y hoy me apetece compartirlo con vosotros. 

No esperéis grandes milagros porque el mejor truco para ahorrar es bien simple: controlar el gasto, no sólo calmando los instintos compradores sino llevando un análisis de nuestros movimientos.

Llevar un registro de todo lo que hacemos facilita muchísimo la vida. Yo lo hago también con la comida, no sólo para optimizar la lista de la compra, sino para equilibrar menús, para controlar las calorías y los macros, etc. Me gustaría hablaros de todo eso un poquito más adelante pero hoy, vayamos a lo que vamos. 

Sigo un sistema basado en un método japonés de control de la economía doméstica, el Kakebo. 

Este sistema milenario está basado en los libros de cuentas, esa es la etimología de la palabra. En Japón existen infinidad de modelos adaptados al tipo de familia y a sus necesidades pero aquí apenas han trascendido un par. El más famoso y el que yo he utilizado estos dos años es el libro comercializado por la editorial Blackie Books. 

Comencé en el 2014, tras analizar las opciones disponibles en el mercado me decanté por este cuadernito por su estructura y precio. Si mis amigas me leen os podrían decir cuánto efecto hizo en mí este cuadernito, os lo prometo.   

¿Cómo funciona? Es bastante fácil. Primero vayamos un poco a la filosofía de las compras. La mayoría de las veces lo hacemos por deseo y no por necesidad, no tomamos decisiones de compra basadas en un análisis de pros y contras de cada producto, o al menos, no lo hacemos con todas las categorías de lo que consumimos y tendemos a comprar por impulso.

Puede que en los últimos años, con la crisis, nuestras costumbres hayan cambiado un poco, empezamos a mirar más la relación calidad-precio, comparamos distintas opciones (no hay más que ver la cantidad de portales de Internet que comparan precios en diferentes webs) y buscamos la opción que más nos satisface.

El objetivo de este sistema es que tú controles tu dinero y no que tu dinero te controle a ti, evitándote sustos al ver la cuenta corriente. Te permite: 

-Controlar tu consumo diario y analizar los resultados mes a mes. 

-Aprender a conocer tus gastos y controlar en qué categorías derrochas más. 

-Reflexionar sobre tus hábitos de consumo, haciéndote consciente de aquellos que debes modificar. 

El libro está clasificado en meses, modo agenda. En la primera página de cada mes vas a analizar tus gastos e ingresos fijos. 

En ingresos puedes poner tu sueldo, si recibes alguna ayuda o subvención, tu paga semanal en el caso de que la tengas,  dinerito por tu cumpleaños, etc. Así puedes calcular el total de tus ingresos mensuales. 

En la categoría de gastos fijos se incluyen categorías que tenemos prácticamente todos: alquiler/hipoteca, recibos de agua, luz, gas, las cuotas de los colegios de los niños o de alguna clase que recibamos (inglés, gimnasio, etc.), facturas de teléfono móvil, abonos de transporte y cualquier otra categoría fija que tú quieras incluir. De esta manera, nos hacemos una idea de los gastos que seguro tendremos que afrontar ese mes. 

A partir de ahí es sencillo, calculas la diferencia entre los ingresos y los gastos fijos para saber con cuánto dinero cuentas ese mes. Una de las cosas que más me gustan de este sistema es que te marcas una serie de objetivos mensuales, pequeños propósitos que ayudan a controlar tus gastos. 

Yo, por ejemplo, suelo marcarme el objetivo de llevarme el tupper al trabajo cada día para evitar tentaciones y compras innecesarias así como marcarme un tope mensual para caprichillos, que esto de ser una friki del scrapbook y la cosmética no sale barato precisamente. Cuando lo consigo, me concedo una recompensa por el esfuerzo que me supone. ¡Y es que hay que premiarse y mimarse!

El objetivo es que cada día vayas registrando los gastos que tienes y los agrupes por conceptos. En el primer bloque, el más importante, está la supervivencia. Son gastos básicos, imprescindibles para vivir: comida, salud, transporte, etc. Esta categoría es la que "menos" debemos controlar ya que es fundamental. 

A continuación está la temida ocio y vicio. Ahí entra prácticamente todo: bares, restaurantes, tabaco, cosméticos, ropa, etc. No sabéis la cantidad de dinero que nos gastamos en esta categoría sin apenas darnos cuenta. Después de dos años siguiendo este sistema, aún sigo sorprendiéndome del dineral que se nos va en este bloque. 

Ojo, este método no pretende que no gastes dinero, simplemente que seas consciente de en qué te lo gastas para que puedas controlarlo. 

Además de esas dos categorías se incluyen también cultura (libros, música, espectáculos, películas, prensa, etc.) y extras (viajes, regalos, electrónica, reparaciones, etc.). Llamadme tramposa pero a mí no me importa tanto que el concepto de cultura esté algo más lleno porque lo considero una inversión, cosas mías. Éste ha sido un cambio considerable en mis hábitos de gasto en los últimos dos años. 

Y poco más. Cada día haces el cálculo de gasto que sumarás al final de cada semana, rellenarás las casillas correspondientes a cada mes y podrás hacer una estimación del gasto mensual. Ahora es momento de saber si los gastos mensuales son mayores o menores que lo que tenías disponible para gastar y podrás saber si has ahorrado o no. También puedes evaluar tus propósitos y valorar si tu previsión de ahorro se ha cumplido o no. 

Te vas a dar cuenta de que las distintas categorías cambian muchísimo en función del mes, eso te ayudará a estimar en qué meses eres más propicio al ahorro y prever tus necesidades de gasto en otros. 

Bien, ahora ya lo tienes claro pero cómo dice mi amiga Garazi, otra fan del Kakebo, ¿gastarse dinero en un libro para no gastarse dinero no es un poco incoherente? Yo creo que el primer año que lo compré hice una buenísima inversión porque me sirvió muchísimo para analizar mis hábitos de consumo pero en el 2015 no volví a comprarlo porque decidí integrarlo en mi planner. 

Para ello, he estado utilizado los inserts destinados a Finanzas que hace la marca Filofax. Al tener ya interiorizado el método, era relativamente seguir la filosofía del Kakebo aunque me gustaba mucho más la organización por meses. 

Así que ahora que empiezo nuevo curso y estoy organizando la nueva agenda he decidido volver a un sistema más parecido al del libro y he encontrado opciones bastante interesantes. 

La primera de ellas es un Kakebo en versión imprimible que he encontrado en el blog Hoymecomoelmundo. Si estáis interesados me han dicho que van a sacar la versión 2016 pero aquí podéis echarle un ojo al diseño, me parece bastante similar al que tenía y es muy bonito. 

Imagen Kabebo vía Hoymecomoelmundo

Otra opción recomendable y económica es la que nos propone el blog Darksidemoda que también tiene su propia versión del famoso libro de cuentas. 

Aunque no lo tienen actualizado, os podéis apañar bien con él porque está en formato calendario perpetuo. 

Kakebo pdf vía Darksidemoda

Por supuesto tenéis un montón de opciones más en Pinterest si buscáis Kakebo. Yo tengo una carpeta de Kakebo y planner por si os sirve de referencia. 

Seguro que conocéis la existencia de apps para esta misma función pero para mí tienen una pega: hay que vincularlas con la cuenta bancaria. Me parece una opción superútil pero no me fío demasiado así que, de momento, me quedo con mi agendita a papel. Si conocéis alguna app eficiente que no requiera esa vinculación, soy toda oídos, ¿eh?

Pues nada, esto ha sido todo por hoy. Contadme, ¿vosotras sois capaces de controlar bien vuestro gasto o sois derrochonas como yo?