Overnight oats: desayunos ricos y sanos para despertares perezosos.

Overnight oats: desayunos ricos y sanos para despertares perezosos.

• 9.9.15

Ya os conté que uno de los propósitos que me he marcado es mimarme más y eso supone cuidar la alimentación y regalarme platos que no sólo estén buenos y sean nutritivos sino que me alegren un poco la existencia. 

Una de las comidas que más descuidaba hasta hace relativamente poco era el desayuno porque soy bastante dormilona por la mañana y me cuesta invertir algo de tiempo en preparar un buen desayuno.

Así que, en mi propósito, anduve buscando opciones saludables pero que fueran relativamente fáciles de preparar. (Si, adoro las tortitas pero reconozco que me da pereza hacerlas a diario, así que no contaban como opción viable, al menos no para todos los días). 

Hoy os traigo una alternativa muy completa ya que incluye alimentos de todos los grupos por lo que es muy equilibrado y nos llena de energía. 

Os hablo de los Overnight Oats, unos desayunos que se preparan la noche anterior por lo que reducen el tiempo que necesitas, regalándote minutos para que puedas desayunar despacito y degustar ese momento. 

La peculiaridad de este desayuno es que se prepara en un tarro de cristal (preferiblemente evitad el plástico) la noche anterior y se conserva en la nevera hasta el momento de su consumo. 

Yo utilizo estos botes de cristal, tipo Mason Jar que compro en la tienda Casa. Los hay de varios tamaños pero creo que estos medianos se parecen más a la medida de un yogur y es el tamaño perfecto para la ración que necesitamos. Podéis reutilizar cualquier otro frasco que tengáis por casa siempre y cuando os aseguréis de que cierra correctamente. 

Como bien indica su nombre, el ingrediente fundamental es la avena, un superalimento, una fuente de carbohidrato complejo que llena mucho y aporta energía poco a poco, perfecta para este momento del día. Además, se caracteriza por ser una fuente de hierro, magnesio y potasio bastante considerable. Si bien es cierto que es un alimento fantástico su sabor es bastante peculiar y hay que acostumbrarse a él aunque en esta receta mejora bastante, en mi opinión. 

Yo utilizo copos de avena enteros que conservo en un frasco de cristal hermético. (¿A que son bonitas las etiquetas de pizarra que le he puesto? Lo he hecho con todas las cosas de la cocina). 

La idea de prepararlo la noche anterior también está condicionada por su presencia ya que necesitamos que estén reposando durante un tiempo en un medio líquido, en mi caso leche, para que se hinchen un poquito y sean más fáciles de digerir. 

Otro ingrediente fundamental son las semillas de chía, aunque no siempre las incluyo. Se caracterizan por ser una fuente de Omega3 y calcio además de ser un excelente regulador de la glucosa. Últimamente están muy de moda y podéis encontrarlas en casi cualquier supermercado. Con una cucharadita es suficiente. 

Pues ya está, teniendo estos tres ingredientes y cualquier cosa que tengáis por casa ya podéis prepararos un buen desayuno. 

¿Qué suelo añadirle? 

Bien, como ya os he dicho es necesario que la avena esté en contacto con algo que lo humedezca. Yo normalmente utilizo leche, de cualquier tipo: de vaca, de almendras, de coco...No utilizo leche de avena porque no me gusta demasiado y aparte, sería mucha avena, ¿no? Avena+Avena...no sé. 

En mi primer paso, echo tres cucharadas de copos de avena en el fondo del tarro y le añado alrededor de un cuarto de vaso de leche, más o menos. Puedes añadir más o menos en función de la receta que vayas a seguir, aquí no hay medidas exactas, no te preocupes. 

También vas a necesitar un ingrediente más consistente para darle la textura de yogur. Puedes usar queso fresco batido, queso quark o yogures de todo tipo.¡Hay gente que hasta utiliza natillas de chocolate! 

Después, deberías añadir una fuente de fibra y vitamina C, como son los frutos del bosque o cualquier otro tipo de fruta. Las moras, fresas y frambuesas quedan genial con el yogur, así como el plátano. Puedes incluir las que más te gusten. Las que no te recomiendo incluir son la manzana y la pera porque se oxidan demasiado. No es que sea malo del todo pero queda bastante feote ver la fruta marrón, ¿no? 

Lo que sí puedes hacer es añadirlo en forma de compota o mermelada. Hay miles de recetas de mermeladas sin azúcar (también puedes incluir una mermelada normal si mides la cantidad). Yo también suelo añadir a veces virutas de chocolate, normalmente al 70%, que es el que más me gusta con los frutos rojos así como trocitos de galleta, etc. 

Vamos, que todo vale. 

Os dejo aquí las tres recetas que os he prometido, espero que os gusten y os animéis a probarlas. 

Overnight oat de queso fresco batido, plátano y mermelada de cuatro frutas. 

En esta primera receta os voy a poner las fotos para que veáis el orden de los primeros pasos, en la segunda y la tercera, salto directamente a los que incluyen novedades, ¿vale?

1. Añade tres medidas de copos de avena. Aproximadamente dos dedos, en función de tu tarro. 

2. Añade un poquito de leche para humedecer los copos de avena. 

3. Ahora, vierte unas cuantas cucharadas de Queso fresco batido 0%.

4.  Añade una cucharadita de mermelada de cuatro frutas. 

5. A continuación, coloca las rodajas de plátano, añade el edulcorante que más te guste (yo suelo utilizar Stevia o sirope de ágave) y una cucharadita de semillas de chía. 

Y ya está, la primera opción terminada. 

Overnight oat de yogur de cereza y fresas. 

Los primeros tres pasos son similares, salvo que he sustituido el queso fresco batido por un yogur de cereza. 

4. En este caso, añade las semillas de chía encima del yogur y coloca las rodajitas de fresa encima. 

5. Edulcora a tu gusto y tápalo bien. Listo para consumir. 

Overnight oat de yogur desnatado de cabra, frambuesas y chocolate. 

Como ya te he dicho, mantenemos los primeros tres pasos. En este caso, el queso fresco batido y el yogur de cereza han sido sustituidos por yogur ecológico desnatado de cabra que compramos a un artesano. Está riquísimo. 

4. Una vez que tienes el yogur, añade un puñadito de frambuesas, tanto enteras como en trocitos. Ahora viene la parte divertida: trocea una onza de chocolate y colócalo encima. 

5. ¿No se os hace la boca agua? Edulcora un poquito y a la nevera. 

No me diréis que no son opciones muy resultonas y muy fáciles de preparar. Si es que el que no se mima, es porque no quiere. Si queréis ir viendo más recetitas y opciones de desayuno, sólo tenéis que pedirlo por esa boquita. ¡Nos vemos el viernes!